lunes, 11 de mayo de 2009

triste mañana de un otoño gris


Temblorosa, estaba tu mano cuando derrochaste aquel papel. Lastimosos, estaban tus labios cuando dibujaste tu amor en él.
Pero aún así, milagroso, estaba tu silencio, cuando mirabas tu café. era suave tu sonrisa, inquieta tu mirada, que aguardaba por despertar. Y la brisa te bañaba, y tu respirar se sofocaba, en esa gris mañana otoñal.
Sola te quedaste y ya lo sabias, pues te advertiste muchas veces... Y nada.
Ya no llorabas, en esa gris mañana otoñal, esa gris mañana, en la que yo te vi mirar.
tu te adentraste, tu me observaste y finalmente comprendí, que todo ese mundo que imaginé alguna vez, era, tal vez, lo menos oculto de ti. Sola te vi, solo me fui, solo y sin ti. Pero en esa gris mañana otoñal, solo importa que te vi.
Y la brisa te bañaba y el sol te acaribiaba y tu piel fue lo mas triste que creí. Y así, acurrucada, te fuiste hundiendo en el paisaje y sola te quedaste y solo me quede. Y solo imaginarte me hace volver a ver ese tono opaco, de esa triste mañana de otoño gris.

Tu herida, tu amor.

Fuí, alguna vez, mas volatil que el humo. Fuí, tal vez, mas lejana que el sol. Estuve cerca, pero no llegué. Estuve lejos, pero no me terminé de entender. Fuí, alguna vez, un cuento de hadas. Fuí, tal vez, un final feliz. Sonreí, pero no completa. Lloré, pero no morí. Fuí, alguna vez, una niña. Fuí, tal vez, tu herida. Jugué, pero no reí. Tropecé, pero no caí. Fuí, alguna vez. Fuí, tal vez, un sol, una noche, una magia y un amor. Fuí la vida misma, que se perdió. Fuí la luna llena, que se encendió.
Fuí, la muerte entera, que se arrepintió. F
uí un muro que no estaba allí. Fui una pluma, que se desprendió; Y perdida, solamente voló. Fuí, quizas una sarna encarnada, un hechizo oscuro, una cancion...
Fuí, no morí, fuí quizas, pero hoy no soy más.